Premio a la más usada. Literal o no, una de las frases, al parecer, más reveladoras desde que el mundo es mundo. Y es que el ser humano, casi por naturaleza, está continuamente dejando de hacer cosas porque, entiende, siempre pueden ser retomadas más adelante. Más adelante. Como si el “más adelante” se pudiese aplicar a todo en la vida. Como si fuera eso una ciencia exacta o una ley universal. Dilatar una idea, suspenderla en el vacío, vivirla en diferido (sin ser, ni oír, ni dar). Todo se acaba reduciendo a nuestra extraordinaria capacidad para aplazarlo todo. Yo aplazo, tú aplazas, él aplaza, nosotros aplazamos, vosotros aplazáis y ellos aplazan.
No tener tiempo para quedar con un amigo porque siempre estás ocupado. Dejar aparcado ese trabajo tan absurdo de la facultad porque crees que tendrás tiempo de acabarlo en los dos últimos días anteriores a la fecha de entrega. No darlo todo y preferir, en cierto modo, que sea el destino quien, en última instancia, te inspire en ese examen que tienes tantas ganas de aprobar. No pedir disculpas ni dar las gracias a las personas importantes, o a las no tan importantes, pero al fin y al cabo conocedoras y participantes de alguna escena de tu vida. Olvidarte de los besos, sobre todo de los besos a esa gente que tanto te cuida y te quiere. Dejar de lado las sonrisas, las lágrimas de felicidad, el llanto más triste de todos. Esconder los sentimientos, no expresar lo que uno siente o, como tan bien supo expresar mi pequeña personita adulta, no “haberte dicho te quiero las veces que debí”. Ser tan terco como para no dejarse llevar por las emociones, tan ingrato como para no querer abrazar la vida, o tan poco coherente como para no decidir ser feliz.
Si hay algo de lo estoy segura, es de que no merece la pena retrasar nada. Decir te quiero a tiempo o dejar caer una lágrima antes de que todo te destruya. Nadie debería posponer eso para mañana. El mañana ya es futuro y el futuro, si lo piensas, ni siquiera existe. Recuerdo mi último “quizá en otra ocasión”. Alguien que confía en mi me animaba a escribir un blog. Ahora me arrepiento de no haberlo empezado antes.
Te escribiría un comentario pero... "quizá en otra ocasión" JAJAJAJA :)
ResponderEliminarSencillamente: precioso.